Teatro en la escuela en tiempos de pandemia en el Perú

Más allá de los indicadores de desigualdad y las enormes brechas educativas que la pandemia ha puntualizado, la situación de la pedagogía teatral en el Perú también nos convoca a enfocar miradas. Los aprendizajes generados desde este contexto y la apertura a la creatividad que aporta el teatro en la escuela son una oportunidad que debe resaltarse en la agenda educativa. Las maestras de la especialidad de Educación Artística de la ENSAD, Daisy Sánchez, Mariluz Pacheco y Linda García, nos dan una mirada desde su experiencia en el aula y en su interacción con estudiantes y colegas, sobre la afectación del teatro en la escuela en este contexto.

Fondo Editorial ENSAD (FE): ¿Cómo se ha visto afectado el teatro en la escuela, considerando las restricciones desde el ámbito educativo y artístico en el contexto de pandemia?

Daisy Sánchez:

Muy afectado, debido a que la base del trabajo del teatro en la escuela es el contacto directo, el trabajo en grupo, la presencia física de los espectadores en las presentaciones. Los espacios virtuales tomados para ello no pueden ni podrán remplazar la experiencia vivencial del teatro en sus condiciones originales. Sin embargo, el teatro como disciplina ha debido, como otras tantas en la escuela, adaptarse a las plataformas virtuales. Además de ello, se puede observar que el espíritu gregario, de comunidad, se va debilitando al no tener estos espacios presenciales para compartir, y esta carencia en la formación de la infancia en la escuela puede resultar perjudicial a mediano y largo plazo para el concepto de sociedad que conocemos hasta ahora.

Linda García:

Teniendo como premisa que el teatro de aula no busca formar artistas, sino desarrollar competencias a partir de la lúdica, las relaciones interpersonales y el encuentro con uno mismo, podemos decir que efectivamente el teatro en la escuela se ha visto duramente afectado por la pandemia, ya que se ha transformado en su naturaleza práctica, pues  este curso se ejecuta teniendo como base las relaciones humanas y su valoración, el trabajo en equipo, el contacto con el otro, las miradas, los gestos, etc.; ahora solo se ciñe a la pantalla y a una observación limitada por la cámara.

Mariluz Pacheco:

Desde mi experiencia docente hablaría desde la pedagogía teatral más que hablar de teatro. En este sentido el confinamiento obligatorio provocado por la Covid-19, nos ha traído muchas desventajas.

FE: Desde sus experiencias, ¿cuál ha sido la afectación de la práctica pedagógica teatral en la escuela peruana?

Linda García:

En el ámbito educativo los actores afectados fueron los docentes y los estudiantes. Los docentes porque, en muchos casos, el uso de los medios tecnológicos fue escaso, ha sido necesario aprender de manera inmediata, otros no contaban con herramientas tecnológicas necesarias para impartir eficazmente sus clases. Los estudiantes también se han visto afectados, ya que a partir de la Covid 19 ya no tenían esa exploración directa frente a sus pares y docentes, en cambio tenían que hacerlo mediante la comunicación telemática, añadiendo a esto el trabajo desde casa, con la familia, las múltiples distracciones que los rodean, y quizá también el no contar con lo necesario (computadora, internet, laptop, celular, etc.) para afrontar una educación remota o a distancia.

Mariluz Pacheco:

No todos tienen acceso a los medios tecnológicos ni a un servicio de internet fijo, ello definitivamente afectó mucho, ya que esta educación virtual ha sido todo un reto para el docente de teatro, y no poder interactuar con los estudiantes como quisiéramos es mucho más frustrante. En esta educación virtual, la práctica pedagógica teatral ha perdido lo esencial: la interacción entre docente y discentes, esa socialización, el contacto visual, la afectividad, la expresión vocal, la expresión corporal que nos comunicaba mucho en lo presencial. En esta virtualidad ya no se habla mucho, ya no se mira a los ojos; por ejemplo, para que los estudiantes me percibieran como si los estuviese mirando tengo que mirar a la cámara del ordenador, ellos sienten que yo les estoy mirando, pero en realidad no estoy mirando a ninguno.

Linda García:

Sin embargo, esta situación ha llevado a que los docentes se planteen la pregunta: “¿Qué hago ahora para desarrollar teatro de aula de forma remota? ¿Cómo lo hago? ¿Qué necesito?” Pues bien, sí se ha podido desarrollar, se han visto muchos docentes que han llevado al máximo su creatividad para mantener la lúdica, el dinamismo y las relaciones con los otros a pesar de la virtualidad: la creatividad del docente ha jugado un rol trascendental en dicha travesía.

FE: ¿Conoce de algunas experiencias significativas y creativas del teatro en la escuela en este actual contexto?

Linda García:

Por supuesto, conozco compañeros, amigos y colegas que en su labor docente han incorporado de manera radical e inesperada el uso de los medios tecnológicos a su favor. Esta búsqueda de replantear la enseñanza no ha sido una tarea fácil, pero sí necesaria de aprender, encontrando significatividad en el proceso. En su labor de mantener la lúdica de una sesión de clase, el docente ha incorporado el uso de la cámara como estrategia base. Por ejemplo: prendo y apago la cámara, aparezco y desaparezco, etc. Se ha añadido también el uso de elementos, de cosas que los estudiantes puedan tener en casa, acercando y agregando a su trabajo aquello que lo rodea, así como indagar desde su propio espacio, a partir de su búsqueda y exploración, aproximando a los estudiantes a su realidad y orientándolos a la transformación creadora.

Mariluz Pacheco:

Sí, en este contexto nuestro hogar se ha convertido en nuestro centro de trabajo y estudio. Los docentes se han ingeniado con todo lo que cuentan en casa para adecuar su sala o su habitación a un aula de clases. En este caso más específico, los docentes de arte han ambientado sus casas a manera de teatrín, con sus telones, con sus carteles alusivos a la sesión, con los materiales educativos; se las han ingeniado para trabajar con elementos convencionales de pedagogía teatral, hasta con materiales alternativos como utensilios de cocina, lavandería y otros que han sido muy bien utilizados para asumir diversos roles. En algunos casos, he observado la intervención de otros integrantes de la familia para facilitar la representación de una historia. Realmente la creatividad ha estado a flor de piel.

Daisy Sánchez:

Durante el verano, participé de una versión de Aprendo en Casa que reúne a docentes de Arte, Comunicación y Personal Social, juntamente con correctores de estilo y guionistas, para llevar conocimiento y aprendizaje desde el juego, la integración de saberes de todo el país y diversos medios como televisión, web y radio. Mi asesoría se realiza en el área de arte y cultura para radio, con la idea de poder llegar a todas las regiones del país donde siempre hay una radio. El reto es estimular la expresión y apreciación artística desde este medio con sus potencialidades y limitaciones. Actualmente, dicto talleres de artes integradas para mejorar la salud mental en casos de ansiedad, depresión y estrés; condiciones que se han visto incrementadas a raíz de la pandemia.

Linda García:

Así mismo, se ha tenido en cuenta que los estudiantes viven realidades totalmente distintas, por lo cual el ritmo y proceso de aprendizaje también se ha transformado. En este caso se han utilizado estrategias como tutoriales y videos grabados por los propios docentes; él o ella ahora saben grabar, editar y publicar su propio contenido audiovisual, una herramienta más en su repertorio pedagógico.

FE: ¿Qué nos toca a los artistas-educadores en esta situación de crisis?

Mariluz Pacheco:

Reinventarnos, explorar todas las posibilidades existentes, generar un buen clima emocional para que nuestros estudiantes puedan generar un aprendizaje realmente significativo, y no temer a equivocarnos, puesto que en este contexto estamos explorando y aprendiendo.

Daisy Sánchez:

Ser más sensibles, más creativos, así como focalizar las necesidades a las que apuntamos como promotores de disciplinas al servicio de la educación, para hacerla más flexible, humana y dialogante. Así mismo, poder crear, como arte-educadores, diversos espacios para los niños, jóvenes y adultos, donde puedan explorar las artes, expresarse a través de ellas, comunicarse (en el sentido de unirse, hacer algo en común) y crear. Y finalmente, seguir creciendo no solo como artistas, sea la o las disciplinas que practiquemos para y por la educación, sino también nutrirnos y plantearnos retos desde y para la coyuntura actual, planteándonos objetivos a corto, mediano y largo plazo.

Linda García:

Como artistas-educadores tenemos una labor que no debe parar, que debe seguir manteniéndose y fortaleciéndose a pesar de estos nuevos modos de vida. Sabemos bien que el teatro es una herramienta fundamental en la sociedad, por esa razón no podemos decaer, ni darnos por vencidos, nos queda continuar indagando en nuestra creatividad para que el teatro nos siga motivando a la reflexión, nos siga increpando, complaciendo, arriesgando, emocionando y demás, tanto en la escuela remota con nuestros estudiantes, como con el público, y con nosotros mismos como artistas y educadores. Es así que nuestra creatividad nos está permitiendo innovar, adaptar y transformar todo de manera remota y virtual.

FE: ¿Cuáles son los retos del teatro en la escuela hoy en el Perú, más allá del actual contexto de pandemia?

Daisy Sánchez:

Mostrar todas sus potencialidades artísticas, más allá de los parámetros tradicionales y rígidos que han limitado su práctica en la escuela. Es decir, debemos ir más allá de la imitación, el sketch y las actuaciones por las efemérides escolares. El teatro, como otras disciplinas artísticas, tiene muchos más recursos, técnicas, dinámicas y mucho más para ser planteado y replanteado desde el aquí y ahora de la práctica de cada maestro y desde el perfil de cada alumno y grupo. Es un trabajo artesanal, único e irrepetible en cada ocasión; eso es lo enriquecedor de su experiencia frente a lo masivo y unidireccional que propone la sociedad en el momento actual.

Mariluz Pacheco:

El reto es aprender de este contexto y avanzar, no retroceder, tener mucha apertura, no quedarnos con ideas cerradas, explorar nuevas formas de interacción con los estudiantes, proyectarnos y fortalecer el arte en la escuela desde la investigación, puesto que es la única forma de que las personas que dirigen nuestro país reconozcan la importancia del arte en la escuela.

Linda García:

Considero que el reto principal del teatro en la escuela es situarse como un teatro de aula, que va más allá de preparar al estudiante para una muestra artística o producto final. A nivel pedagógico en educación básica regular se tiene una idea errónea sobre el curso de teatro, se cree que es menos importante que otros cursos, ya que no se conocen sus beneficios o simplemente se menosprecia el arte. Por esa razón, es importante que nosotros como artistas y educadores logremos transformar estas ideas, resaltando que el teatro contribuye a formar estudiantes críticos, reflexivos y creativos. Tenemos que lograr que el teatro se instale como un curso relevante e indispensable en el currículo nacional, porque no solo permite a los estudiantes dramatizar, también permite desarrollar aspectos de la personalidad, aspectos emocionales, creativos, cognitivos y sociales.

29/12/20

Entrevista: Julio Vega, coordinador del Fondo Editorial ENSAD